Estrategias de Enseñanza Informadas por Trauma
Pequeños cambios en las interacciones en el aula pueden marcar una gran diferencia para los estudiantes traumatizados.
Hasta dos tercios de los niños estadounidenses han experimentado al menos un tipo de trauma infantil grave, como abuso, negligencia, desastre natural o experimentar o presenciar violencia. El trauma es posiblemente el mayor problema de salud pública que enfrentan nuestros hijos hoy en día (CDC, 2019). Los estudiantes traumatizados son especialmente propensos a la dificultad en la autorregulación, el pensamiento negativo, estar en alerta máxima, la dificultad de confiar en los adultos y las interacciones sociales inadecuadas (LACOE, 2013; Terrasi & de Galarce, 2017). A menudo no han aprendido a expresar emociones de manera saludable y en su lugar muestran su angustia a través de la agresión, la evitación, el cierre u otros comportamientos desagradables. Estas acciones pueden ser antagónicas para los maestros que no entienden la causa raíz del comportamiento del estudiante, lo que puede conducir a malentendidos, intervenciones ineficaces y tiempo de aprendizaje perdido.
Neurobiológicamente, los estudiantes no pueden aprender si no se sienten seguros, conocidos y cuidados dentro de sus escuelas (Aupperle et al., 2012). Cuando los maestros son proactivos y responden a las necesidades de los estudiantes que sufren de estrés traumático y hacen pequeños cambios en el aula que fomentan una sensación de seguridad, hace una gran diferencia en su capacidad para aprender. Aquí hay algunos ejemplos.
DATOS
- CategoríaEnfoque metodológico y pedagógico
- PaísEEUU
- IdiomaInglés
- Tipo de recursoPágina web